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Metáfora en color

La metáfora es el elemento central de la comunicación verbal y no verbal de la familia y del terapeuta. El mismo comportamiento sintomático puede ser entendido como metáfora relacional, dada la propiedad de las metáforas de vehiculizar simultáneamente más significados, aún contrastantes entre sí, hallando para ellos un espacio de mediación en la especificidad y al mismo tiempo, en lo genérico de su contenido.


"En la vida, todo es una metáfora".
Haruki Murakami​
Escritor japonés

Las metáforas permiten relacionar dos situaciones diferentes pero con equivalencias funcionales. El arte permite metaforizar situaciones de la vida y relacionarlas con materiales, técnicas, colores, formas, efectos, etc., de manera que el lenguaje se facilite y estructure a partir del establecimiento de un "puente" de comunicación entre el consultante y el terapeuta.

Cada persona desarrolla de manera diferente su capacidad expresiva a lo largo del procesos terapéutico, en donde es labor del profesional en psicoterapia el apoyar para que se facilite desde el desahogo emocional, hasta la toma de consciencia, el cambio de hábitos y la satisfacción por una vida mucho mejor. De esta forma, el espacio en el que se desarrolla el proceso, se convierte en un "laboratorio" en el que se experimentan diferentes alternativas y entre ellas el juego tiene un papel trascendental.
Proceso creativo en arte

En las imágenes que comparto en esta publicación, puedes ver las evidencias de un proceso creativo personal en el que con el uso de papel vegetal y pintura al óleo en los colores que seleccioné para cada una de las dos partes del proceso, interpreto las formas resultantes dando nombre a cada una.

El camino creativo dio inicio en el marco de un proceso terapéutico personal, -acompañada de mi propio terapeuta-, a partir de la intención de resolución de conflictos que venían siendo explorados. De esta manera los hallazgos en cada imagen promovieron la expresión verbal primero, de recuerdos que habían quedado guardados y que en las primeras sesiones de terapia no recordaba explícitamente. A partir de estas creaciones se dio una conversación mucho más fluida de los acontecimientos y se construyó una realidad en la que encontré secuencia, explicaciones y consciencia, que a mediano plazo fueron llevados a la elaboración de un nuevo presente fundamentado en eventos pasados en los que encontré seguridad, confianza y fortalecimiento de la auto estima.

Como puedes apreciar, el proceso tuvo dos partes, una inicial en la que las formas son circulares y una segunda parte en la que las formas que emergieron fueron en formato apaisado. Este acomodo fue espontáneo y siguió mis propias necesidades expresivas a través del color y la textura de la pintura al óleo, trabajada con rodillo sobre una pieza de material acrílico transparente, para facilitar luego la impresión sobre papel vegetal. Cada pieza impresa, forma parte de un continuo logrado en un total de cuatro sesiones, de las que las primeras dos fueron destinadas a la impresión y las dos siguientes para el acomodo y el hallazgo metafórico. A partir de este orden, se desarrolló la expresión corporal, emocional y verbal, previa a la toma de consciencia.

Cada mancha, cada color, cada mezcla, así como el orden, la superposición de las capas, su textura, desplazamiento, cada fragmento en las piezas de papel, fue observado, tocado, sentido e interpretado, de forma que cobrara un significado. De esta manera el proceso de metaforizar fue desarrollado con el fundamento de la experiencia sensorial en la que se involucraron la vista, el tacto, el olfato y el oído. El Continuo de Terapias Expresivas, ETC., fue atendido en cada uno de sus niveles, reconociendo en la obra un contenido implícito y explícito profundamente personal.

El proceso creativo que muestro es solamente un ejemplo dentro del todo que conforma un proceso terapéutico en el que se incluye el arte como forma de terapia, tomando en cuenta el amplio e incluyente concepto global de la Terapia de Artes Expresivas, que explica que el hecho de crear es de por sí terapéutico, y que suma el contenido simbólico y matérico de la expresión artística, como parte de las expresiones más íntimas y profundas del ser humano, que trasladadas a la toma de consciencia, favorecen el crecimiento emocional, psicológico e incluso espiritual.

Hacer arte de manera habitual aumenta la capacidad de metaforizar y por tanto, de analizar y sinterizar información proveniente de las experiencias de la vida, que incluyen las relaciones humanas y su complejidad.

El arte y sus procesos, técnicas y materiales son herramientas contundentes en el desarrollo de una vida creativa.

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