"El inconsciente puede reservar mensajes esenciales
para los oídos que sepan ponerse a la escucha"
Carl Jung
A través de observarnos a nosotros mismos, podemos encontrar áreas de debilidad y de fortaleza personal, así como recursos que parecieran menores o escondidos y que, por el contrario, están ahí para ser explotados y para ser amados, permitiéndonos convertirnos en nuestros propios mejores amigos.
Una sencilla y muy útil forma de observarnos a nosotros mismos y de llevar a cabo todo un proceso de introspección, es a partir de llevar un diario personal, actividad que ofrece infinitas ventajas:
Como forma de entretenimiento
Como actividad lúdica
Como tarea cotidiana en el marco de un proceso terapéutico
Como forma de desahogo emocional
Como forma de expresión de sentimientos
Como medio para la simbolización
Como forma de diálogo no verbal
Como forma de auto regulación emocional
Como cómplice y aliado en la conservación de información
Como forma de apreciación de logros personales y familiares
Como manera de exploración de opciones en el plan de vida
Como metáfora visual de “campo de batalla”, “espacio de juego”, “sala de discusiones”
Como aliado en la exploración de materiales y técnicas artísticas
Como medio de registro de vivencias individuales y familiares
Como apoyo en el desarrollo de habilidades artísticas
Como apoyo para el desarrollo de la creatividad
Como facilitador del “Flow” o Experiencia Óptima
Como herramienta para la creación de un lenguaje personal
Como apoyo para la reducción y manejo del estrés
Como forma de exploración de espacios exteriores e interiores
Como registro de viaje
Como terapia ocupacional
Como forma de conectarse con el momento presente “aquí y ahora”
Como aliado en el proceso de creación de un hábito
Como apoyo en el desarrollo de valores como la perseverancia, la constancia y la curiosidad
Como apoyo en la definición de la identidad personal
El diario personal puede ser realizado en técnicas diversas, como por medio de escritura, de dibujos y pinturas, pero también con figuras modeladas en plastilina, barro, masa, pasta, etc., así como por medio del collage, reuniendo piezas diversas que en el momento representen, signifiquen o simplemente se conecten con el autor. Hay también diarios visuales realizados por medio de fotografías, videos, así como el más tradicional, que es el diario escrito, que puede ir acompañado de dibujos o de garabatos. Esta última versión en la actualidad puede ser digital usando dispositivos electrónicos, como la computadora, el celular o la Tablet, así como grabadoras de voz.
Numerosos artistas famosos que realizaron procesos de introspección a través de su obra, han llevado un diario a lo largo de sus vidas, entre ellos:
Anna Frank
Virginia Wolff
Frida Kahlo
Dieter Roth
Paul Klee
El diario personal se diferencia de un diario de artista, en que este último se convierte en un registro del proceso creativo encaminado a la producción de obra o a la reflexión de aquellos temas que conducirán al artista a sus creaciones. El diario personal, es en cambio una herramienta para la exploración de uno mismo y una herramienta para la creación metafórica de bocetos sobre la propia personalidad.
Qué se requiere y por dónde empezar
Para iniciar un diario personal se requiere que la persona desee iniciar un camino creativo en el que el papel, la pluma, el lápiz, algún material artístico, así como las emociones, los pensamientos y el propio cuerpo en movimiento, se vean involucrados. Hablar de las emociones a través de la escritura y el arte representa una maravillosa oportunidad para liberarlas y sentirse mejor, dejando huella de esa catarsis, resultando así en una profunda y verdadera descarga.
Un diario personal es una obra que inicia a partir de que la persona selecciona la forma en que cree conveniente comprometerse a continuar, de esa manera quizá se escoja un cuaderno pequeño, sencillo y fácil de manejar, u hojas sueltas de papel que se tengan a la mano junto con lápices de colores, quizá pasteles o pintura. Si así se decide, el registro diario puede ser una imagen fotográfica que se conserve en un archivo particular, dándole nombre y fecha específica.
El material que se seleccione para el inicio va de acuerdo con la conexión que con él haga la persona, sintiéndose cómoda, segura, acompañada. En el caso del dibujo, es importante aclarar que no se requiere conocimiento ni experiencia previa, ya que se pueden hacer líneas sueltas, libres, sin compromiso estético o con forma alguna, sino simplemente llevadas por medio de la intuición. Lo mismo cabe decir para cualquier técnica que se seleccione, en ningún momento se evalúa la calidad del trabajo que se vaya a realizar y/o se propone que sea mostrado a nadie, ya que este diario pertenece a la persona que lo crea y es solamente ella quien ha de interpretar y dar significado a sus creaciones.
El diario personal puede realizarse de manera diaria, aunque puede ser interrumpido y continuado cuando la persona se sienta conectada con él. Lo ideal es que haya una frecuencia estable y que permita la revisión de lo plasmado, sin embargo, al igual que en el desarrollo de la vida de la persona, el diario refleja las vivencias, las pausas, los silencios y las necesidades expresivas, que a veces pueden ser menos intensas que en otras ocasiones.
El diario personal ofrece a quien lo realiza, la posibilidad de crear un amigo íntimo con quien dialogar, una manera única de diferenciarse y de crear desde lo más personal e íntimo, desde lo exclusivo y propio, desde lo verdadero de la esencia y desde lo más puro y desconocido del inconsciente, en donde es posible acceder a la sabiduría natural a la espiritualidad más profunda y a la consciencia plena.
El crear y seguir un diario es una actividad recomendada para cualquier persona, sin importar edades, escolaridad, condición de salud, género, cultura, lenguaje, etc. El diario es quizá una de las actividades terapéuticas más accesibles, fáciles, seguras y a la vez más poderosas, maleables y flexibles, que contribuyen a una buena calidad de vida en armonía, estabilidad, conexión y paz interior.
Cómo realizar un diario personal terapéutico
El diario personal es profundamente terapéutico tomando en cuenta el ETC o Continuo de Terapias Expresivas, ya que provee la posibilidad de una experiencia tanto kinestésica y sensorial, como perceptivo- afectiva, sin embargo, para acceder al nivel cognitivo y simbólico, será importante completar el proceso por medio de la narrativa verbal, en la que se integren las palabras, el orden, la organización y la jerarquía que propone cualquier idioma.
De esta manera, hablar de lo creado y ponerle nombre a las figuras, objetos, describir las metáforas, conectarlas con uno mismo, descubrir el poder del color en cuanto a lo que nos significa y hacer uso de la revisión de la obra para su análisis en un proceso terapéutico, hará valioso y útil el recurso, teniendo en cuenta que será dentro del vínculo con el terapeuta y en el espacio relacional entre ambos, en donde a partir de la empatía, la confianza y la solidaridad, se revele y de vida en sesión a las imágenes, símbolos, formas, texturas, etc., que hayan quedado plasmados en el diario y que sean conectados con el contenido psíquico, -emocional, cognitivo, afectivo y espiritual-, de la persona.
En el proceso terapéutico, esta herramienta puede ser utilizada para dar seguimiento al proceso incluso después del cierre del mismo, conservando así de una manera simbólica, el espacio transaccional creado con el terapeuta, con quien la persona podría continuar el diálogo, representando en el diario esa conexión, preservando y extendiendo los beneficios de la terapia.
Observar nuestro propio diario después de un tiempo de haberlo escrito, suele ser una actividad emotiva, refrescante, reveladora, divertida, compasiva, dulce, aunque también dolorosa, nostálgica, sensible y re vivencial, ya que puede incluso despejar dudas de ciertas memorias del pasado que resulten en un posible conflicto personal o familiar.
Llevar un diario es una actividad que implica un compromiso primordialmente con uno mismo y que permite el logro de la sensación de cumplimiento al llevarlo de manera disciplinada por un tiempo determinado.
Testimonio Personal
Inicié mi primer diario escrito cuando tenía alrededor de cinco años, tiempo en el que ingresé a la escuela primaria, siendo mucho menor que mis compañeros de clase. El diario se convirtió para mi en un amigo que me acompañaba a la escuela y que velaba mi sueño, además de conocer mis sentimientos y secretos de niña pequeña. Con el tiempo este diario pasó a contener dibujos de las cosas que narraba, era importante para mí el que lo que escribía quedara muy claro y, por tanto, tenía que dibujarlo. Muchas veces incluí en esos dibujos formas que representaban objetos, sin embargo, aparecieron también personas, lugares, olores, sabores y distintas experiencias.
En mi caso personal, el diario siempre ha sido primordialmente una herramienta para la revisión, análisis, comprensión y discusión de mi propio mundo interno, sin embargo en mi vida profesional he acompañado procesos de realización de diarios que son lo opuesto, es decir, son herramientas para el registro, revisión y análisis del mundo exterior, como personas, lugares, cosas, detalles, objetos, etc., que en su interacción con la persona se convierten en significativos, o que sirven para la creación artística en algún proyecto particular, o más aún, simplemente llamaron la atención del artista, que decide guardarlos en su diario por razones atribuibles a una memoria que decide seleccionar qué recordar y lo pone en un pedazo de papel.
Ahora bien, el manejo y conexión con los materiales, son una parte muy sensible en la creación de un diario, ya que ellos en sí mismos proponen una narrativa, cuando estudié arquitectura, los planos y dibujos fueron realizados antes de que el papel ya usado se convirtiera en el soporte de mi diario y con ello, el contenido de cada dibujpo influenciara lo que escribía, modificando así a partir de la sugerencia de color y de forma, lo que finalmente habría de quedar plasmado o verbalmente escrito. En mi formación y desempeño profesional como artista, educadora y como psicoterapeuta, siempre he llevado un diario, pudiendo ser escrito, visual, o de colección de imágenes u objetos que me signifiquen en el momento que vivo.
El diario en el proceso terapéutico
Quisiera destacar que el diario es un espejo de nosotros mismos, tanto si lo realizamos para plasmar lo de afuera, como lo de adentro. La Dra. Cathy Malchiodi, -reconocida psicóloga y terapeuta de artes expresivas-, denomina este proceso creativo como una “práctica reflectiva”, que puede ser utilizada como una forma de intervención en personas que han sufrido traumas, así como una actividad que promueva la consciencia plena o mindfulness, con sus consecuentes beneficios, entre los que destaca “el decir sin tener que hablar”.
Entre las estrategias que propone la Dra. Malchiodi para la creación de un diario, se encuentran:
a. Preguntarse a sí mismo: ¿Cómo te sientes hoy? Este tema de manera aislada propone la posibilidad de crear un “diario de emociones”.
b. Imágenes espontáneas: son imágenes que salen de manera intuitiva y totalmente libre, sobre un pedazo de papel.
c. Dibujar con la mano no- dominante y ver qué sale, perimiéndose experimentar. Escribir con la mano no- dominante también se incluye en esta posibilidad.
d. Trabajar dentro de un espacio circular: esto es un posible trabajo en mandalas, aunque también puede ser una forma de “contener” el dibujo, brindando cierto orden o seguridad al artista.
e. Diario de sueños: despertar y dibujar inmediatamente, intentando plasmar algo que venga a la mente después del sueño.
f. Foto collage: es usar recortes de fotografías, imágenes diversas, palabras o frases, y pegarlas sobre el papel. Para esta actividad se sugiere incluso comprar material diverso, como diamantina, pedazos de papel estampado, telas, etc., de forma que la actividad sea rica sensorialmente, lo cual facilita a quienes no se perciben como dibujantes o pintores, la posibilidad de creaciones completas.
g. Diario de garabatos o “doodles”: esta es una actividad lúdica y visualmente muy entretenida, que propone el simple garabateo y coloreo de espacios, ya sea repitiendo patrones de líneas o dejando que fluya el dibujo de manera espontánea.
h. Diario de intenciones: este puede ser una conjunción de la práctica intencionada de valores como la gratitud, el respeto, la diversidad, etc., en donde la persona se recuerde a sí misma quién es y qué cree, dándose valor y fortaleciendo su identidad.
i. Libro alterado: esta propuesta se inicia tomando un libro impreso que se desee intervenir. La intervención del libro puede ser por medio del dibujo, la pintura, el remarcado de frases y/o palabras, el recorte e incluso el collage sobre el papel.
j. Crear uno mismo su propia versión de diario, en donde se puedan combinar técnicas, materiales, expresiones, etc.
La Dra. Malchiodi sugiere que la práctica de realización de un diario personal sea una actividad en la que predomine la seguridad, por lo que el diario debe ser conservado con cuidado ya sea por el terapeuta o en un lugar que la persona considere conveniente para preservar su actividad, sus memorias y sus expresiones. El diario es en sí mismo un “lugar seguro” en el que quien lo realiza pone mucho de sí mismo, y por tanto se convierte en un objeto que requiere cuidado, respeto y resguardo.
A manera de conclusión, deseo invitarte a considerar el inicio de la práctica artística y narrativa en un diario. En caso de que así lo hagas, estarás proveyéndote a ti mismo una herramienta para el auto cuidado emocional, así como una forma de catarsis en la que harás uso del “Arte como Terapia”. Si en algún momento decides llevar tu diario a un proceso terapéutico, esta práctica apoyará el desarrollo de la práctica de la Psicoterapia de Arte. Cierro este texto comentando que en lo personal el llevar un diario es una necesidad expresiva que aunque ha sido una actividad constante en mi vida, ha sido interrumpida muchas veces y por períodos prolongados e incluso, ha sido reemplazada por la escritura de textos como este, en donde plasmo mis aprendizajes y experiencias personales y profesionales.
Referencia bibliográfica:
Malchiodi, C., (2013). Visual Journaling as Art Therapy & Self-Help. Recuperado de internet desde:
¡Sigue mi trayectoria!
Desarrollo mi trabajo como Profesional Clínico en Trauma, certificado por la IATP: International Association of Trauma Professionals, Profesional Pleno en Salud Mental, miembro de AIBAPT: Asociación Iberoamericana de Psicotrauma. Lee más sobre mí ¡haciendo clic en este enlace! o agenda una cita enviando un mensaje, será un placer atenderte.
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